La
travesía comienza el viernes por la noche al irme rodando de mi casa a
observatorio, tomar un autobús a la ciudad de Toluca, un poco de platica
familiar y a descansar para el siguiente día, por la mañana nuevamente a la
terminal para dirigirme hacia valle de bravo, lugar de la carrera.
La rutina previa al arranque, ponerme el
poderosísimo uniforme puma, hidratarme bien, algo para el estómago y la
inscripción. Las categorías infantiles comienzan como es costumbre hasta que
llega la hora esperada, mi arranque, siempre con los consejos e instrucciones en
mente del entrenador. El arranque es sobre un suelo con pasto, muy irregular con señas de que era tierra de
cultivo, en lo personal estos arranques no me agradan mucho ya que como se
comienza muy fuerte la vibración es mucha y afecta la respiración, en fin me
posiciono en los tres primeros en los primeros 100 metros y comienza la subida
por camino ancho pero con un suelo resbaladizo (Ocotal, tierra suelta y piso
verde por la humedad del lugar) donde con las pulsaciones a tope me coloco en
primer lugar y comienzo a rebasar a categorías que arrancaron antes, muy
concentrado hago una muy buena primer vuelta, por el cansancio del arranque
explosivo cierta parte del subconsciente decía “baja y camina un poco” pero la
parte más consiente te grita que aun con lo agitado y cansado continúes sacando
esa garra puma que nos caracteriza a esta manada.
Pista en su mayoría de single track con una
longitud de 6 y medio kilómetros, poco espacio para rebasar y con un excelente
panorama en su parte superior donde se alcanza
apreciar el lago y en general todo el valle, aunque concentrado en hacer
una buena carrera no se presta mucha atención en estos detalles. Comienza la
bajada y aprovecho las 3 pulgadas extras en el diámetro de mis llantas y bajo
muy bien, sin errores y a una excelente velocidad, la última parte del descenso
era muy técnica y un tanto confusa terminando en el piso irregular y empastado
del principio. Termino mi primera vuelta y con menos tráfico en el acenso subo
con mayor velocidad y con un ritmo más estable de pedaleo, periódicamente
volteaba la vista en busca de algún corredor de mi categoría que me pisara los
talones pero no había rastro de ninguno.
En los micrófonos anunciando que el
corredor de pumas termina la segunda vuelta en primera posición y va por la
tercera, un tanto confiado y cuidándome de una caída hago la última vuelta la
hago a un ritmo más lento, con el pensamiento de que por fin rompería la
maldición del segundo lugar y pensando cómo les platicaría a mis amigos pumas
mi primer lugar, esto ocupa mi mente y mi concentración en la carrera
disminuye. Comenzando el descenso escucho la rodada de un corredor detrás de
mí, sin voltear acelero el ritmo por si era algún corredor de mi categoría, al
terminar la parte técnica del descenso
mi cadena se atora entre el plato chico y grande de mi
multiplicación lo cual me hace perder
alrededor de 30 segundos, en los cuales me rebasa el corredor que traía atrás y
que para mi desgracia era de mi categoría, corrijo mi error de la cadena y le
doy con todo, incluso en las curvas a exceso de velocidad para alcanzarlo, pero
como lo que faltaba para terminar era menos de un km me fue imposible
alcanzarlo.
Un poco molesto por permitirme ese error y
no dar la última vuelta a tope pero feliz de obtener podio.
Al final, la ceremonia de premiación como
es costumbre y la foto del recuerdo en el pódium y con la mentalidad de que en
la siguiente carrera yo soy el que tiene que estar en la posición más alta.
Aprovechando el viaje y para relajarme me
quedo en compañía de mi familia a los espectáculos del festival de las almas
realizados en este lugar, pero en mi mente sigue la idea de lo cerca que estuve
de obtener por primera vez el primer lugar, a entrenar mejor para así conseguir
mi meta.
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