Diego Jünker Gallardo, nos manda su reseña de lo que vivió en la competencia de Tres Marías.
No es tan temprano, de camino en el coche, rumbo a un lugar desconocido para la carrera del día de hoy, el reloj indica las 13 horas, cuando recordamos que olvidamos la llanta delantera de mi Rubia (mi bici)…. ¡No podre correr hoy!.....
Una vibración y sonidos distantes… ¡DESPIERTO! Todo ha sido un mal sueño, estamos listos para la competencia del día de hoy!
La bici en el techo, mi casco, guantes, zapatos y demás accesorios adentro del coche, todo está preparado, vámonos!
Un golpe fuerte y la palabra ¡TOPE! Suenan, lo hemos volado y el coche no responde. Sabíamos que era, a trabajar y aplicar mecánica para terminar de despertar! Tras una parada más rápida que las de Red Bull en F1 estamos de vuelta en el camino, mis manos están sucias, pero… que importa ¡A ESTO VENIMOS!
Tras ser asaltados por el cobrador de la entrada… Una fresca mañana, el pasto verde y el sol comenzando a mostrar su armamento para el día.
Tras unos minutos, llega Juan Carlos y al lado de Armando comenzamos el recorrido a la pista, ninguno la conocía y quizás… después de tantas vueltas sigo sin conocerla, ya que en varias partes había demasiadas curvas. Para simplificar, teóricamente un “8”, en el cual en la parte de arriba era una vuelta al cerro, con varios desvíos para ampliar el recorrido, la tierra húmeda, suelta en algunos rincones y compacta y rápida en otros. En su mayoría subida y, para terminar esta sección, una bajada, para la cual tuvo que acompañarme nuestro Entrenador Ricardo y recorrerla varias veces para dominar.
La otra sección de la pista (la más larga) tierra, gravilla, hojarasca, mas desvíos y mas curvas y ¡muy cerradas! Empezando con darle vueltas al campo “principal” por así llamarlo, una bajada amplia con desniveles y piedras MUY DIVERTIDA, pero, como todos sabemos en el MTB, para bajar… hay que subir, y para subir... ¡Hay que seguir subiendo! A continuación una subida engañosa y pesada, que me costó bastante en la última vuelta. Para terminar un recorrido a un bosque donde podrías marearte fácilmente, cintas, rectas cortas y curvas en 180°, no hay más que decir.
¡A calentar! Un momento que pasa demasiado rápido y tras un parpadeo estas esperando que llamen el arranque de Intermedios. Típico amontonamiento de bicicletas y gente ante el arco de salida y cuando llaman a tu categoría, pides permiso, empujas y como sea pasas. Al momento de arrancar es lo mismo, pero con la diferencia de que… ahora todos estamos armados con nuestras bicicletas.
Tomé la primera curva en 5to, pero sabemos que esto no significa nada. En la primera desviación muchos se bajaron de la bicicleta, lo que provocó mucho tráfico y una mezcla entre Avanzados 40, Intermedios y Principiantes. La cual duro toda la carrera. Por lo que al rebasar o ser rebasado, no sabias quien era ni de que categoría y mucho menos saber aproximadamente en qué posición ibas.
Se formo un grupo de 4 o 5 Pumas que rodábamos juntos, intercambiando posiciones a intervalos de la carrera.
Terminando la primera vuelta me encontraba justo por detrás de Mauricio, pero llegando al punto en el que tus manos obedecen a tu cerebro pero tus piernas se han ido y siguen por adrenalina e inercia propia. Al cruzar la meta la bolsa de agua que me regalaron sirvió para refrescarme, enfriar y desviar mis ideas y sentirme listo para ¡una vuelta más!
El sol y el cansancio comenzaban a recaer en mis hombros, el sonido de los neumáticos presionando y cortando la tierra, la respiración agitada y algunos gritos alrededor, es todo lo que existe en esos momentos. Silencio… - ¡venga Diego! - Me grito Mauricio. Era cierto, me estaba quedando un poco, eso me animo a seguir adelante, faltaba poco y estaba divirtiéndome demasiado… ¡A DARLE!
No sé si fue mi falta de habilidad, mi sed desesperada o realmente no había tiempo para ello, pero cada ocasión en la cual podías levantar el ánfora del cuadro, era un momento preciado. Por lo que esperaba cruzar el arco de meta para refrescarme nuevamente, pero… todo lo contrario, la “habilidad” surgió de la persona que repartía el agua, dado que no estaba listo y me dejo sin agua, para mi última vuelta.
Veía una persona de Pumas a lo lejos, en un grupo de unos 5 ciclistas más, sin embargo una vuelta no fue suficiente para alcanzarlos y por el contrario cada vez se alejaban mas, me había cortado…
La carrera finalizo con una muy buena carrera por parte de todos, una victoria por parte de mi “tocayito”, un excelente 2° lugar por parte de Oscar y ¡un excelente trabajo de equipo en el asador!
En las cercanías de la meta se pudo sentir y escuchar el apoyo inigualable de nuestra porra, que te acompañaba en cada pedaleada por toda la pista.
Para terminar la tarde, una agradable convivencia con todos los miembros del equipo y sus familias para festejar la carrera y lo más importante del día, la presencia de esas personas que nos han apoyado por tanto tiempo, aquellos “culpables” de nuestro tan amado y arriesgado “pasatiempo”.
Termine la carrera con el objetivo cumplido. No era un tiempo en especial, no era una posición en especifico, no era sumar puntos… solamente haberme divertido sin haber sufrido percances y haber sumado experiencia en mi, esperemos, camino de ascenso.
¡Gracias a todos!
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